domingo, 17 de noviembre de 2013

Huyendo...



Estos días han sido difíciles. Me cuesta concentrarme, me aíslo, me agobio, me ahogo... Me he ido a vivir a otro país huyendo, huyendo de la vida que tenía, queriendo empezar de nuevo. Pero por más que me vaya aquí o allá, siempre persisten los mismos problemas. Hace ya dos años que empecé a unir las piezas del puzzle, a ser consciente de que tengo un trastorno por los abusos con los que tuve que vivir. 

Anoche fue una mala noche, me sentía demasiado sola, me sentía demasiado estúpida, y para aliviarme lo único que hacía era hacerme daño a mi misma. Con la cabeza dando vueltas sin parar, decidí releer uno de mis diarios de adolescente. Páginas repletas de dolor, de vacío... De relaciones con hombres que muchas veces no hacían más que hacerme más daño todavía, con una obsesión enfermiza por ellos, llegando a unos niveles de sumisión por mi parte totalmente autodestructivos. Buscando entre los asientos traseros de un coche, entre los baños de una discoteca o en el messenger, mi media naranja que me salvaría para siempre, que me daría un amor incondicional y con el cual sería ya feliz para el resto de mis días. Y no, eso no va pasar, para empezar a amar tengo que empezar a amarme a mí misma. Siempre he estado frustrada porque he sido incapaz de tener una relación de pareja, pero cuando era más jovencita, siempre pensaba que con los años llegará. Ahora tengo veinticuatro y sigo igual, soltera. Soy joven, soy muy atractiva, soy inteligente... pero... ¿cómo va a quererme alguien si yo no me quiero a mí misma? ¿Cómo un hombre va a querer profundizar conmigo si lo único que se ofrecerle es sexo? ¿Cómo van a querer a volver a verme si yo también les he menospreciado o incluso he llegado a abusar de ellos? No quiero una relación convencional porque no estoy hecha para ello y porque no creo en ello, pero ya son muchos años arrastrando relaciones dañinas, y quiero complicidad, respeto, cariño... No todos han sido malos en este camino, pero aquellas relaciones bonitas, nunca han podido continuar. 

De nuevo me siento estancada e insatisfecha con mi vida, y andaba planteando la posibilidad de mudarme...Y ahora me pregunto de qué huyo. He dejado mi familia, que convivir con ella me estaba anulando ya por completo y pensaba que ahora aquí por fin sería libre, pero no, los fantasmas acechan, se meten debajo de la piel y en los sueños. Huyo de mis fantasmas, pero ¿cómo huir de ellos si forman parte de mi personalidad? Necesito ayuda profesional, y necesito hablar de ello a las personas de mi alrededor...pero ¿cómo? Me da mucho miedo pensar en el día en el que hable, sobre todo a mi familia. ¿Me van a creer? ¿Me van a apoyar o me van a dejar de lado? 






1 comentario:

Anónimo dijo...

Ojalá no publiques este comentario. Ojalá te lo quedes para ti sola y reflexiones y leas durante meses antes de hablar. Ojalá entiendas que es una ayuda de alguien que ha vivido mucho tiempo al lado de alguien amado que se sentía como tú y no de alguien que pretende juzgarte por lo que eres o lo diferente que te sientes.

Un enlace para estudiar con tiempo y sacar conclusiones con tiempo: http://www.psychforums.com/personality-disorders/

Ojalá no te ofendas...